This site uses cookies.
Some of these cookies are essential to the operation of the site,
while others help to improve your experience by providing insights into how the site is being used.
For more information, please see the ProZ.com privacy policy.
This person has a SecurePRO™ card. Because this person is not a ProZ.com Plus subscriber, to view his or her SecurePRO™ card you must be a ProZ.com Business member or Plus subscriber.
Affiliations
This person is not affiliated with any business or Blue Board record at ProZ.com.
PayPal, Wire transfer, Giro postal/cablegrafico en Ar, Giro postal Correo Argentino, Giro postal, Giro postal, Postal, Giro postal, Giro
Portfolio
Sample translations submitted: 4
English to Spanish: Renewable energy, renewed planet General field: Other Detailed field: Religion
Source text - English Problems, personal or worldwide, present an opportunity to turn to prayer. How to slow down global warming and still supply the world's increasing energy needs is one of those challenges. Not only is the problem baffling, but the solutions offered so far have had only a mixed reception.
Promoting clean-air technologies in developing countries is part of a solution noted in President Bush's State of the Union address (see Monitor, Jan. 30, 31).
It's heartening to realize that existing technologies could provide energy that won't pour so much carbon into the atmosphere. And we can expect further developments in this area as well as some form of international agreement on their use. Finding energy sources beside nonrenewable oil and coal is also a promised solution. Yet none of these technologies is without some kind of drawback. So the question remains: how to make good decisions about such complex issues?
There's value in turning to God, Spirit, for solutions. In fact, the Christian Science textbook, "Science and Health with Key to the Scriptures," speaks of energy in spiritual terms. Its author, Mary Baker Eddy, who was very much abreast of the news during her lifetime, declared, "Let us feel the divine energy of Spirit, bringing us into newness of life and recognizing no mortal nor material power as able to destroy" (p. 249).
To shift our thoughts from limited resources that are either quickly being depleted, or that have ecological drawbacks, to looking deeply into God's infinite care for His creation can be quite transforming. For one thing, divine Spirit doesn't include matter – and neither does its creation. The "divine energy of Spirit" might be defined as Love, which supplies direction and strength to fulfill the obligations of a busy life. This divine energy is eternally renewable and includes no element of destruction. It promises that not only can we personally expect a wonderful feeling of newness but that Spirit can inspire humanity to discover new methods for generating energy and reveal new ways to help save our planet.
The Lord's Prayer as recorded in the Bible (see Matt. 6:9-13) is a wonderful starting place for connecting one's thought with divine energy. This prayer begins with "Our Father" and concludes, "Thine is the kingdom, and the power, and the glory, for ever." The recognition that power belongs to God assures us that energy is not simply material but is of the one God, Spirit.
Many thinkers today are recognizing that the universe, including man, is more than a material creation and actually has a spiritual origin. In their eyes, the universe is governed by spiritual law and powered by unlimited and renewable divine energy. This energy naturally finds expression in new and better ways of living.
Often it is a spiritual, moral energy motivating scientists and government leaders to seek ways to reverse global warming. Many have spoken of their great desire to make the world a better place. And environmentalists express their concern for the polar bears and other species that are threatened because of global warming. Some propose that we set limits to greenhouse-gas emissions as a way to encourage research into ways to achieve cleaner energy. Certainly these concerns come not from selfish indulgence but from the love inspired by divine Spirit.
In reality, we are dwellers in a spiritual universe where all energy is divine. The more we recognize and yield to this divine energy, the more we'll feel not only newness of life individually but also find more ways of conserving and renewing all the elements that make up daily living. Each of us has our part in working together to accept the divine energy that God is providing and to let God guide us to steps we can take to renew our planet.
Translation - Spanish Los problemas, personales o mundiales, presentan una oportunidad para recurrir a la oración. Cómo frenar el calentamiento global y continuar abasteciendo las crecientes necesidades mundiales de energía es un gran desafío. No solo el problema es desconcertador, sino que las soluciones ofrecidas hasta ahora han tenido diferentes acogidas.
La promoción de tecnologías para un aire más limpio en países en desarrollo es parte de una solución apuntada en el mensaje anual que el Presidente Bush dirige al Congreso de Estados Unidos.
Es alentador darse cuenta que las tecnologías existentes pueden proveer energía que no libere mucho carbono a la atmósfera. Y podemos esperar futuros desarrollos en esta área al igual que algunas formas de acuerdo internacional en su uso. Encontrar fuentes de energía además de las no renovables como el petróleo y el carbón es también una solución prometida. Ninguna de estas tecnologías aún está libre de algún tipo de inconveniente. Es por eso que la pregunta sigue: ¿Cómo tomar buenas decisiones sobre cuestiones tan complejas?
Es muy valioso recurrir a Dios, Espíritu, para encontrar soluciones. En realidad, el libro de texto de la Ciencia Cristiana, “Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras”, habla de energía en términos espirituales. Su autora, Mary Baker Eddy, quien estuvo muy informada de las noticias durante su vida, declaró, “Sintamos la energía divina del Espíritu, que nos lleva en vida nueva y no reconoce ningún poder mortal o material capaz de destruir cosa alguna.” (pág 249)
Cambiar nuestros pensamientos desde recursos limitados que están siendo rápidamente agotados o que tienen inconvenientes ecológicos, hacia mirar profundamente en el infinito cuidado de Dios con Su creación, puede ser muy transformador. El Espíritu divino no incluye la materia – y tampoco la incluye su creación. La “energía divina del Espíritu” podría definirse como Amor, que provee rumbo y fuerzas para cumplir con las obligaciones de una vida atareada. Esta energía divina es eternamente renovable y no incluye elemento de destrucción. Esta promete que no solo podemos contar personalmente con un maravilloso sentimiento de algo nuevo, sino que ese Espíritu puede inspirar a la humanidad para descubrir nuevos métodos para generar energía y revelar nuevas formas de salvar nuestro planeta.
El Padre Nuestro en la Biblia (ver Mateo 6:9-13) es un maravilloso lugar de partida para conectar nuestro pensamiento con la energía divina. Esta oración comienza con “Padre nuestro” y concluye, “..Tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos.”. El reconocimiento de que el poder pertenece a Dios nos asegura que la energía no es simplemente material sino que es del único Dios, el Espíritu.
Muchos pensadores están reconociendo hoy en día que el universo, incluso el hombre, es más que una creación material y en realidad tiene un origen espiritual. En sus ojos, el universo es gobernado por una ley espiritual y abastecido por una ilimitada y renovable fuente de energía divina. Esta energía encuentra naturalmente expresión en nuevas y mejores formas de vida.
Frecuentemente hay una energía espiritual y moral que motiva a los científicos y a los líderes del gobierno a buscar revertir el calentamiento global. Muchos han hablado acerca de su gran deseo de hacer al mundo un lugar mejor. Y los ambientalistas expresan su preocupación por los osos polares y otras especies que están amenazadas por causa del calentamiento global. Algunos proponen que pongamos límites a las emisiones que contribuyen al efecto invernadero como una forma de alentar la investigación hacia caminos que alcancen una energía más limpia. Estas preocupaciones ciertamente no vienen de la complacencia egoísta, sino del amor inspirado por el Espíritu divino.
En realidad, moramos en un universo espiritual donde toda la energía es divina. Cuanto más reconocemos y nos sometemos a esta energía divina, más sentiremos no solo vida nueva, sino también encontraremos más formas de conservar y renovar todos los elementos que constituyen la vida diaria. Cada uno de nosotros tiene su parte al trabajar juntos para aceptar la energía divina que Dios está proveyendo y para dejar que Dios nos guíe en los pasos a dar para renovar nuestro planeta.
Portuguese to Spanish: Esperança Impulsionada pelo Amor General field: Other Detailed field: Religion
Source text - Portuguese “O blog da nova economia” publicado no site do CSMonitor.com declarou que a esperança “é uma alavanca poderosa para uma nação que está se desmoronando, mas que frequentemente não é levada em consideração, talvez porque seja tão difícil medi-la”. E continua: “É difícil para homens e mulheres ligados à economia imaginar como gerar esperança, quando os números são tão sombrios” (20 de janeiro de 2009).
Existe uma maneira de reagir a esse estado depressivo e libertar a esperança. O Salmista descreveu-a maravilhosamente nestas palavras: “Por que estás abatida, ó minha alma? Por que te perturbas dentro de mim? Espera em Deus, pois ainda o louvarei, a ele, meu auxílio e Deus meu… o Senhor, durante o dia, me concede a sua misericórdia, e à noite comigo está o seu cântico, uma oração ao Deus da minha vida” (Salmo 42:5,8).
Isso não é apenas esperar por tempos melhores. Essa é a esperança de que, mesmo nas trevas, a luz divina realmente enviará seu cântico para os que dele precisam. Essa esperança não está depositada em coisas materiais, tais como: mercado de ações, contracheques, ou mesmo a ajuda do governo. Cada uma dessas coisas é finita e sugere que alguns de nós as teremos e outros não. Contudo, a esperança que se apoia em Deus, no Amor divino, propicia um contexto inteiramente diferente para a vida.
Esse contexto é espiritual e exige que consideremos a nós mesmos em termos espirituais. Somos verdadeiramente filhos do Pai divino que ama a cada um de Seus fi lhos e deseja somente o que é o melhor para eles. Deus não é mutável ou punitivo, mas sim é o Princípio divino, cujo propósito é purifi car aqueles que erraram e proteger os inocentes. Em ambos os casos, o resultado é uma bênção.
Mary Baker Eddy, a fundadora deste jornal, escreveu: “O Amor divino é nossa esperança, força e escudo. Nada temos a temer quando o Amor está ao leme do pensamento, ao contrário, temos tudo para nos regozijar na terra e no céu” (Miscellaneous Writings [Escritos Diversos] 1883-1896, p. 113).
Essa declaração mostra a responsabilidade que acompanha a esperança fundamentada no Espírito. Cada um de nós pode fortalecer a esperança própria e a de outros, mantendo o Amor “ao leme do pensamento”. Podemos agir com amor para com nosso próximo, ajudando-o quando houver a oportunidade, orando pelos necessitados na comunidade e em todo o mundo. Também, podemos orar pelos líderes mundiais, vendo-os como capazes de aceitar e viver em harmonia com a inteligência e a bondade do Amor divino.
Podemos manter essa esperança não pela força de vontade de sermos felizes e esperançosos, mas porque colocamos nossa confi ança no Amor divino e deixamos que Ele guie nossas decisões, grandes e pequenas. Essa perspectiva de esperança elevará a consciência das pessoas ao nosso redor e pode até mesmo mudar os eventos, por inculcar nelas a energia para tentar algo novo ou para perseverar em um projeto que ajude a elas mesmas e aos outros. Além disso, a esperança também nos proporcionará maior força e coragem.
Existe outra contribuição que podemos fazer, que é enfrentar as más notícias econômicas ou outras reportagens do noticiário, declarando, talvez silenciosamente, que apesar das nuvens de pessimismo, a realidade é que Deus ainda está no controle. Existe autoridade bíblica para essa convicção.
Naquele que talvez tenha sido o primeiro encontro do discípulo Pedro com Jesus, o pescador permitiu que Jesus usasse seu barco como um tipo de púlpito para pregar. Após sua pregação, Jesus disse-lhe para lançar as redes ao mar. Pedro respondeu que eles haviam pescado durante toda a noite sem sucesso, mas então continuou: “sob a tua palavra lançarei as redes” (Lucas 5:5). A disposição de Pedro de ter esperança foi bem recompensada. Ele apanhou tanto peixe que recorreu ao sócio para ajudá-lo e o resultado foi que ambos os barcos quase foram a pique com o peso dos peixes.
Quando o desespero argumenta: “Não apanhei nada, portanto, para que tentar?” podemos responder como Pedro: “mas sob tua palavra…”. Se deixarmos o Amor divino impulsionar nossa esperança e se formos obedientes à Sua orientação, nossas redes também transbordarão.
Translation - Spanish "El blog de la nueva economía" publicado en CSMonitor.com declaró que la esperanza "es una palanca poderosa para una nación que se está desmoronando, pero que frecuentemente no es tenida en cuenta, tal vez porque es muy difícil de medir". Y continúa: "Es difícil para hombres y mujeres ligados a la economía imaginar cómo generar esperanza, cuando los números son tan sombríos" (20 de enero de 2009).
Existe una manera de penetrar este estado depresivo y liberar la esperanza. El Salmista la describió maravillosamente en estas palabras: "¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, salvación mía y Dios mío. … De día mandará Jehová su misericordia, y de noche su cántico estará conmigo, y mi oración al Dios de mi vida." (Salmo 42:5,8).
Esto no es solamente tener esperanza en tiempos mejores. Esta es la esperanza de que, aún en las tinieblas, la luz divina realmente enviará su cántico a aquellos que lo necesitan. Esta esperanza no está depositada en cosas materiales, tales como mercado de acciones, salarios, o ayuda del gobierno. Cada una de esas cosas es finita y sugiere que algunos de nosotros las tendremos y otros no. Pero la esperanza que se apoya en Dios, en el Amor divino, propicia un contexto enteramente diferente para la vida.
Este contexto es espiritual y exige que nos consideremos a nosotros mismos en términos espirituales. Somos verdaderamente hijos del Padre divino que ama a cada uno de Sus hijos y quiere solamente lo que es lo mejor para ellos. Dios no es mutable o punitivo, sino que es el Principio divino, cuyo propósito es purificar a aquellos que erraron y proteger a los inocentes. En ambos casos, el resultado es una bendición.
Mary Baker Eddy, la fundadora de este periódico, escribió: "El Amor divino es nuestra esperanza, fortaleza y escudo. No tenemos nada que temer cuando el Amor está al timón del pensamiento, sino todo para gozarlo, en la tierra y en el cielo." ("Escritos Misceláneos 1883-1896", pág 113).
Esta declaración muestra la responsabilidad que acompaña a la esperanza fundamentada en el Espíritu. Cada uno de nosotros puede fortalecer nuestra esperanza propia y la de otros, manteniendo el Amor "al timón del pensamiento". Podemos actuar con amor hacia nuestro prójimo, ayudándolo cuando haya una oportunidad, orando por los necesitados en la comunidad y en todo el mundo. También podemos orar por los líderes mundiales, viéndolos como capaces de aceptar y vivir en armonía con la inteligencia y la bondad del Amor divino.
Podemos mantener esta esperanza no por nuestra fuerza de voluntad para ser felices y esperanzados, sino porque colocamos nuestra confianza en el Amor divino y dejamos que Él guíe nuestras decisiones, grandes y pequeñas. Esta perspectiva de esperanza elevará la consciencia de las personas a nuestro alrededor y puede hasta cambiar los eventos, inculcar en ellas la energía para intentar algo nuevo o para perseverar en un proyecto que ayude a ellas mismas y a otros. Y también esta esperanza nos proporcionará mayor fuerza y coraje.
Existe otra contribución que podemos hacer, que es enfrentar las malas noticias económicas y de otro tipo, declarando, tal vez silenciosamente, que a pesar de las nubes de pesimismo, la realidad es que Dios todavía está al mando. Existe autoridad bíblica para esa convicción.
En aquel que tal vez haya sido el primer encuentro del discípulo Pedro con Jesús, el pescador permitió que Jesús usase su barco como una especie de púlpito para predicar. Después de su prédica, Jesús le dijo que lance las redes al mar. Pedro respondió que ellos habían pescado durante toda la noche sin éxito, pero entonces continuó: "mas en tu palabra echaré la red" (Lucas 5:5). La disposición de Pedro de tener esperanza fue bien recompensada. Él atrapó tantos peces que recurrió a su socio para que lo ayudase, y el resultado fue que ambos barcos casi se hundieron.
Cuando la desesperanza argumente: "No atrapé nada, por lo tanto, ¿para qué intentar?", podemos responder como Pedro: "mas en tu palabra…". Si dejamos que el Amor divino impulse nuestra esperanza y si somos obedientes a Su dirección, nuestras redes también estarán llenas.
English to Spanish: One cause, one outcome General field: Social Sciences Detailed field: Religion
Source text - English In a time of uncertainty – as this period has been popularly called – people search for causes: the cause of the global economy’s slow recovery and how to deal with the political unrest that stems from it, such as the riots in France during October. The causes for continuing war and instability in the Middle East. Then there are issues closer to home – why someone has lost a job, why a company has failed, why an individual has been diagnosed with a particular disease.
Pundits of all stripes are ready to analyze political and social conditions and to offer their views. Various theories may abound regarding the reason a certain area is economically challenged or why a disease arises. Different as all these issues are, they have one thing in common. They rest on the assumption that matter and material conditions are real, and that the only solutions to be found come from the same source.
Christian Science, which rests solidly on the unreality of matter and the total substantiality of Spirit, challenges these views and invites all who value prayer to seriously consider looking to Spirit instead of matter for solutions. Mary Baker Eddy, who discovered and founded Christian Science, wrote at length on this topic in “Science and Health with Key to the Scriptures.” In it, she makes this arresting statement: “Spiritual causation is the one question to be considered, for more than all others spiritual causation relates to human progress” (p. 170).
The one question. That little phrase, which doesn’t appear elsewhere in her writings, shows the importance she placed on the reader’s understanding of what is at stake. She is asking readers to forsake the familiar and to radically obey the First Commandment, “Thou shalt have no other gods before me” (Ex. 20:3). The commandment’s words are so familiar to so many people that their implications are often overlooked. As a result, one may mistakenly accept material causes and solutions as determining health and happiness. That is, as gods. This can take form as dependence on material solutions for health care, the view that political points of view are more important than prayer, that God is outdated in a high-tech society.
To put one’s trust in the one Cause, God, requires a deep commitment to spirituality and a mental self-discipline that rejects proposed material causes and looks only to Spirit for truth. Following Jesus’ example to the best of our ability gives us a wise and reliable guide to what is true.
It’s clear that Jesus rejected material conditions as causes, but he also responded to human needs with compassion, love, and healing. His perception of God was so clear that he fully understood that there was no spiritual, or divine, cause of evil. This certainty of each individual’s spiritual perfection enabled him to lift the burden of disease off multitudes.
By the same token, Jesus was never swayed by material causes or by false sympathy. At the pool of Bethesda, when a disabled man said he couldn’t get into what he believed was healing water, Jesus didn’t offer to help him get there. Nor did he accept material conditions as defining the man or his problem. Rather, he said, “Rise, take up thy bed, and walk” (see John 5:1-9). According to Christian Science, Jesus understood that healing came from recognizing the spiritual causation of all life as the outcome of divine Life. The man had waited 38 years to reach a material solution. In just a few moments, divine Spirit set him free.
While Jesus’ consistent healing ability hasn’t yet been matched, it’s clear that he expected his followers to reject material causes and trust in divine help. And other examples of his healing work offer inspiration for facing global issues as well.
In September, countries assembled at the United Nations to consider their Millennium Development Goals, one of which is to halve, by 2015, the number of people around the world who suffer from hunger. This number is slowly declining, but it is still nearly a billion. Various material solutions have been put forward to address it, but there is no guarantee that these would bring about the desired result.
Jesus’ spiritual solution to hunger offers a direction for our prayers. The Bible reports on occasions when he fed multitudes. Once Jesus was able to feed 5,000 people with five loaves of bread and two fish. From a material standpoint, to offer this amount of food would have seemed ridiculously small. Yet Jesus, considering spiritual, not material causation, went forward. And Matthew’s Gospel says specifically, “They did all eat, and were filled: and they took up of the fragments that remained twelve baskets full” (Matt. 14:20). In other words, this wasn’t a matter of a crumb or two, but a satisfying supply.
As we each work our way through the current crises, considering Spirit as the only cause can be a vital guide, keeping us on the upward path to healing – not just in our own lives but for all people. This growing awareness lights the way to progress.
From an editorial in the Christian Science Sentinel.
Translation - Spanish En épocas de incertidumbre – como este período ha sido popularmente llamado – la gente busca causas: la causa de la lenta recuperación de la economía global y cómo tratar el correspondiente malestar político, tales como los disturbios en Francia del año pasado. Las causas de la continuación de la guerra e inestabilidad en Medio Oriente. Luego hay cuestiones que nos tocan más cerca– por qué alguien ha perdido su empleo, por qué una compañía ha quebrado, por qué un individuo ha sido diagnosticado con una enfermedad en particular.
Expertos de toda clase están listos para analizar las condiciones políticas y sociales y ofrecer sus opiniones. Puede que abunden las teorías sobre la razón por la que cierta área enfrenta un desafío económico o por qué aparece una enfermedad. Si bien son cuestiones diferentes, todas tienen una cosa en común. Descansan en la hipótesis de que la materia y las condiciones materiales son reales, y que las únicas soluciones que se pueden encontrar provienen de la misma fuente.
La Ciencia Cristiana, que se apoya sólidamente en la irrealidad de la materia y la sustancialidad total del Espíritu, desafía estas opiniones e invita a todos los que valoran la oración a considerar seriamente mirar hacia el Espíritu en vez de mirar hacia la materia para obtener soluciones. Mary Baker Eddy, quien descubrió y fundó la Ciencia Cristiana, escribió extensamente sobre este tema en “Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras”. Allí, hace esta deslumbrante declaración: “La causalidad espiritual es la única cuestión a considerar, pues, más que ninguna otra, la causalidad espiritual se relaciona con el progreso humano” (pág. 170).
La única pregunta. Aquella pequeña frase, que no aparece en otra parte de sus escritos, muestra la importancia que ella puso en la comprensión del lector acerca de lo que está en juego. Ella está pidiendo a los lectores que abandonen lo familiar y obedecer radicalmente el Primer Mandamiento: “No tendrás dioses ajenos delante de mí” (Ex. 20:3). Las palabras del mandamiento son tan conocidas para tanta gente que sus implicaciones frecuentemente se pasan por alto. Como resultado, uno puede equivocadamente aceptar que las causas y soluciones materiales sean determinantes para la salud y la felicidad. O sea, que sean como dioses. Esto puede tomar la forma de una dependencia en las soluciones materiales para el cuidado de la salud, la perspectiva de que los puntos de vista políticos son más importantes que la oración, que Dios es anticuado en una sociedad altamente tecnológica.
Depositar nuestra confianza en una única Causa, Dios, requiere un profundo compromiso con la espiritualidad y una autodisciplina mental que rechace las sugeridas causas materiales y recurra únicamente al Espíritu para la encontrar la verdad. Seguir el ejemplo de Jesús lo mejor que podamos nos da una guía sabia y confiable hacia lo que es real.
Está claro que Jesús rechazó las condiciones materiales como causas, pero él también respondió a las necesidades humanas con compasión, amor y curación. Su percepción de Dios fue tan clara que entendió plenamente que no había causa espiritual o divina del mal. Esta certeza de la perfección espiritual de cada individuo le posibilitó elevarse por sobre la carga de enfermedades de las multitudes.
De igual modo, Jesús nunca fue influenciado por causas materiales o por una falsa compasión. En el estanque de Betesda, cuando un hombre minusválido dijo que no podía entrar en lo que creía que eran aguas curativas, Jesús no le ofreció ayuda para entrar allí. Ni aceptó que las condiciones materiales definan al hombre o su problema. Por el contrario, dijo, “Levántate, toma tu lecho, y anda” (ver Juan 5:1-9). Según la Ciencia Cristiana, Jesús comprendió que la curación venia de reconocer la causalidad espiritual de toda vida como la emanación de la Vida divina. El hombre había esperado 38 años para alcanzar una solución material. En pocos instantes, el Espíritu divino lo liberó.
Mientras que la consistente habilidad sanadora de Jesús todavía no ha sido igualada, es claro que él esperaba que sus seguidores rechacen las causas materiales y confíen en la ayuda divina. Y otros ejemplos de su obra sanadora ofrecen también inspiración para enfrentar los problemas globales.
En setiembre pasado, los países se reunieron en las Naciones Unidas para considerar sus Objetivos de Desarrollo del Milenio, de los cuales uno de ellos es hacia 2015 reducir a la mitad la cantidad de personas que en el mundo sufren hambre. Esta cantidad está declinando lentamente, pero todavía está cerca de los mil millones. Varias soluciones materiales se han propuesto para tratar esto, pero no hay garantía de que éstas produzcan los resultados deseados.
La solución espiritual de Jesús para el hambre nos da una orientación para nuestras oraciones. La Biblia relata ocasiones en las que él alimento a multitudes. Una vez Jesús pudo alimentar a 5.000 personas con cinco panes y dos peces. Desde un punto de vista material, ofrecer esta cantidad de comida podría haber parecido ridículamente pequeña. De todos modos, Jesús, considerando la causalidad espiritual, y no material, siguió adelante. Y el Evangelio de Mateo dice específicamente: “Y comieron todos, y se saciaron; y recogieron lo que sobró de los pedazos, doce cestas llenas” (Matt. 14:20). En otras palabras, esto no fue una cuestión de migajas, sino de una provisión satisfactoria.
A medida que cada uno de nosotros se abre camino para enfrentar las crisis actuales, considerar al Espíritu como la única causa puede ser una guía vital, manteniéndonos en el camino ascendente de la curación – no solo en nuestras propias vidas sino para todos los demás. Esta creciente consciencia ilumina el camino hacia el progreso.
De un editorial en el Christian Science Sentinel.
Portuguese to Spanish: Um com Deus General field: Social Sciences Detailed field: Religion
Source text - Portuguese Deus onipotente, onisciente e onipresente é a Causa e origem de toda a substância. Na Ciência, eu sou a imagem, a manifestação consciente de Deus, por isso, eu não sou material e não dependo da matéria. Em verdade, eu sou espiritual e perfeito. Sou completo, representando e expressando harmoniosamente todas as idéias corretas que emanam do meu maravilhoso Pai-Mãe, a Mente divina e Universal.
Conheço a minha verdadeira identidade de que sou UM com a Mente divina, e sou inseparável da Causa oniativa. Como a idéia brilhante da Verdade divina, da Mente infinita que tudo governa, estou ocupando meu lugar perfeito. Estou posicionado e ungido pela Mente, de cuja criação procedo. Por isso, são parte integrante de meu ser, as qualidades de inteligência, sabedoria, honestidade, sinceridade, transparência, humildade, criatividade, originalidade, receptividade, equilíbrio emocional, capacidade ilimitada e saúde.
Sou eterno e tão indestrutível quanto o Pai-Mãe, e habito para sempre, como divina idéia na consciência da Mente única e verdadeira. Portanto, não estou sujeito à matéria, ás suas crenças de ciclos, nem às falsas leis de hereditariedade, medicina, decadência, insegurança, sentimento de inferioridade, de carência e outros mais sugeridos pela mente carnal.
Sou completo, capaz, e infinitamente eficiente. Ocupo integralmente meu nicho aqui e agora, por isso, nunca estou sujeito à algum tipo de confusão mental, erros de decisão, nervosismo, estagnação, retrocessos, mudanças sem objetivo prático ou que não contribuam para o progresso, tanto meu, como da família, das atividades profissionais e mesmo da Igreja. Por ser a expressão consciente, completa e sempre ativa da Vida imutável e perene, desconheço a escassez, limitações e incapacidade. Estou consciente apenas da ordem, da abundância e do desdobramento harmonioso do plano do Amor divino para mim, hoje mesmo e para sempre.
Sou a manifestação completa, receptiva e diligente das idéias ativas da Mente que é Princípio divino infalível e lei eterna. Toda idéia divina é original, genuína e magnífica. Essas idéias originais são manifestadas através de mim por meio de Sua natureza inextinguível.
Como evidência da única Mente e da Alma habito feliz, alegre e para sempre no seio do meu Pai-Mãe, Deus. Minhas atividades profissionais encontram, a cada dia, maravilhosas oportunidades de progredir, tanto no âmbito humano como no divino. Esta é a Verdade divina que rege meus pensamentos e minhas ações e me torna receptivo a muitas bênçãos e sucessos.
Sou capaz de manter a Verdade divina constantemente. Sou UM com Deus, a Mente, a Vida, o Princípio, a Alma. Por isso, eu compreendo o fato espiritual de Causa perfeita e efeito perfeito. E isso constitui verdadeira oração, que é “Emanuel”, ou seja, Deus comigo. Estou consciente do conteúdo desta oração que é lei irreversível de harmonia e de progresso. Ela irá curar todo o tipo de doença, medo de doença, medo de falhar, medo do futuro, ou qualquer outro tipo de medo. Estou consciente de ser a evidência da Alma, bela e suprema, e, por isso, tenho domínio sobre qualquer tipo de sugestão de manipulação mental, de sugestão mesmérica ou de impulsos para pecar. Esta oração é o advento do Cristo, da mensagem divina, atuando tanto em mim como em todos que trabalham comigo ou com quem eu venha a ter contato hoje ou em outro momento.
Esta oração me direciona e por meio dela tenho coragem moral para “viver e reinar com Cristo os mil anos” (Apocalipse 20:4) e provará para mim ser a segunda vinda do Cristo, a Verdade à humanidade. A consciência-Cristo atua em mim e por meio de mim, cura e regenera, espontaneamente tudo o que precisa ser curado e regenerado.
Este tratamento científico irá cortar os laços de limitações, carências e de todo pensamento negativo e hostil. Fará brotar em mim idéias originais e produtivas que vão trazer suprimento diário e me abastecerão de substância que se auto-multiplica, bem como minhas contas bancárias, meu lar com os tesouros infinitos e inesgotáveis de Deus.
Esta oração está atuando como lei divina de progresso que cancela, para sempre, toda pretensa ação do magnetismo animal. Minha oração é a presença ativa da única consciência-Cristo que atua em mim e por meio de mim. Esta consciência-Cristo aniquila e destrói, todo o tipo de má prática ignorante ou intencional, toda maldição, todo ódio, sobre mim, sobre minha família, minha empresa, o meu ambiente de trabalho onde atuo como uma bênção para a humanidade refletindo o Cristo sanador.
Este reconhecimento consciente do Cristo que opera em mim e através de mim, trará à minha vida alegria, pureza, ordem, paz, harmonia, saúde, inteireza. O Cristo aniquila e dissipa, para sempre, toda mediocridade, mesquinhez, lamentação e queixa, crítica, mágoas e ressentimentos, bem como a má prática inconsciente.
Esta oração científica atua agora mesmo e para sempre esmagando as estocadas do medo, da depressão ou do sucesso inebriante, do remorso, de dores súbitas e sintomas propalados por matéria médica. Meu saber consciente reconhece e está em comunhão constante com a Causa divina, e isso removerá a máscara da velhice, as crenças de perda de forças, de enfraquecimento mental e revelará em mim a eterna juventude e felicidade sem fim. Dissipará meu passado desarmonioso e quaisquer episódios que pareçam ser fantasmas sumirão para sempre revelando o meu glorioso e inteiramente feliz presente que se desdobra de modo contínuo e inalterável, pois está sustentado pela Ciência Cristã. ”A lei de Deus, a lei do bem, que interpreta e demonstra o Princípio divino e o governo da harmonia universal.” (Rudimentos da Ciência Divina, 1:1).
O meu discernimento espiritual claro e contínuo está garantido por esta oração científica e constitui “o caminho por Cristo, a Verdade, e com a chave da Ciência divina”, abrirá para mim e manterá ativa a percepção de que sou “reto, puro e livre” (ver Ciência e Saúde como a Chave das Escrituras, p.171) à imagem e semelhança de Deus. Estou consciente de que existo como a idéia completa e sou a evidência constante do Princípio divino. A Mente divina, da qual sou a consciente emanação, mantém tudo o que me diz respeito sob sua inequívoca jurisdição, hoje e para sempre. Cada pensamento, cada ação, meu inteiro ser, é a expressão ativa, terna e inteligente do Deus vivo. Estou ciente de que sou inseparável da Causa e sua ação perfeita e inabalável. Eu sou UM com DEUS. EU sei, que EU sei, que EU o sei.
Translation - Spanish Dios omnipotente, omnisciente y omnipresente es la Causa y origen de toda la sustancia. En la Ciencia, yo soy la imagen, la manifestación consciente de Dios, por lo tanto, yo no soy material y no dependo de la materia. En realidad, yo soy espiritual y perfecto. Soy completo, representando y expresando armoniosamente todas las ideas correctas que emanan de mi maravilloso Padre-Madre, la Mente divina y Universal.
Conozco mi verdadera identidad de que soy UNO con la Mente divina, y soy inseparable de la Causa omniactiva. Como la idea brillante de la Verdad divina, de la Mente infinita que gobierna todo, estoy ocupando mi lugar perfecto. Estoy posicionado y ungido por la Mente, de cuya creación procedo. Por eso, son parte integrante de mi ser, las cualidades de inteligencia, sabiduría, honestidad, sinceridad, transparencia, humildad, creatividad, originalidad, receptividad, equilibrio emocional, capacidad ilimitada y la salud.
Soy eterno y tan indestructible como el Padre-Madre, y vivo para siempre, como idea divina en la conciencia de la Mente única y verdadera. Por lo tanto, no estoy sujeto a la materia, a sus creencias de ciclos, ni a las falsas leyes de la herencia, medicina, decadencia, inseguridad, sentimiento de inferioridad, de carencia y otros argumentos sugeridos por la mente carnal.
Soy completo, capaz, e infinitamente eficiente. Ocupo totalmente mi lugar aquí y ahora, por eso nunca estoy sujeto a ningún tipo de confusión mental, errores de decisión, nerviosismo, estancamiento, retrocesos, cambios sin objetivo práctico o que no contribuyan al progreso tanto mío como de mi familia, de las actividades profesionales e incluso de la Iglesia. Por ser la expresión consciente, completa y siempre activa de la Vida inmutable y perenne, desconozco la escasez, las limitaciones y la incapacidad. Soy consciente sólo del orden, la abundancia y del desarrollo armonioso del plan del Amor divino para mí, hoy mismo y para siempre.
Soy la manifestación completa, receptiva y diligente de las ideas activas de la Mente que es Principio divino infalible y ley eterna. Toda idea divina es original, genuina y magnífica. Estas ideas originales son manifestadas a través de mí por medio de Su naturaleza inextinguible.
Como evidencia de la única Mente y del Alma vivo feliz, alegre y para siempre dentro de mi Padre-Madre, Dios. Mis actividades profesionales encuentran cada día maravillosas oportunidades de progreso, tanto en el ámbito humano como en el divino. Esta es la Verdad divina que rige mis pensamientos y mis acciones, y me hace receptivo a muchas bendiciones y éxitos.
Soy capaz de mantener la Verdad divina constantemente. Soy UNO con Dios, la Mente, la Vida, el Principio, el Alma. Por lo tanto, yo comprendo el hecho espiritual de Causa perfecta y efecto perfecto. Y eso constituye verdadera oración, que es "Emanuel", o sea Dios conmigo. Soy consciente del contenido de esta oración que es ley irreversible de armonía y de progreso. Esta oración curará todo tipo de enfermedad, miedo a la enfermedad, miedo al fracaso, miedo al futuro, o cualquier otro tipo de miedo. Estoy consciente de que soy la evidencia del Alma, hermosa y suprema y, por lo tanto, tengo dominio sobre cualquier tipo de sugestión de manipulación mental, de sugestión mesmérica o de impulsos para pecar. Esta oración es el advenimiento del Cristo, del mensaje divino, actuando tanto en mí como en todos los que trabajan conmigo o con quien vaya a tener contacto hoy o en otro momento.
Esta oración me dirige y por medio de ella tengo coraje moral para "vivir y reinar con Cristo mil años" (Apocalipsis 20:4) y me probará ser la segunda venida del Cristo, la Verdad a la humanidad. La consciencia-Cristo actúa en mí, y por medio de mí cura y regenera espontáneamente todo lo que necesita ser curado y regenerado.
Este tratamiento científico cortará los lazos de limitaciones, carencias y todo pensamiento negativo y hostil. Hará brotar en mí ideas originales y productivas que traerán provisión diaria y me abastecerán de sustancia que se auto multiplica, así como también a mis cuentas bancarias y a mi hogar con los tesoros infinitos e inagotables de Dios.
Esta oración está actuando como ley divina de progreso que cancela, para siempre, toda presunta acción del magnetismo animal. Mi oración es la presencia activa de la única consciencia-Cristo que actúa en mí y por medio de mí. Esta consciencia-Cristo aniquila y destruye todo tipo de malapráctica ignorante o intencional, toda maldición, todo odio; sobre mí, sobre mi familia, mi empresa y mi entorno de trabajo donde actúo; como una bendición para la humanidad, reflejando al Cristo sanador.
Este reconocimiento consciente del Cristo que opera en mí y a través de mí, traerá a mi vida alegría, pureza, orden, paz, armonía, salud, integridad. El Cristo aniquila y disipa, para siempre, toda mediocridad, avaricia, lamento y queja, crítica, tristezas y resentimientos, así como la mala práctica inconsciente.
Esta oración científica actúa ahora mismo y para siempre aplastando las estocadas del miedo, de la depresión o del éxito embriagante, del remordimiento, de dolores repentinos y los síntomas transmitidos por asuntos médicos. Mi saber consciente reconoce que está en comunión constante con la Causa divina, y eso removerá la máscara de la vejez, las creencias de la pérdida de fuerzas y de debilitamiento mental, y revelará en mí la eterna juventud y felicidad sin fin. Disipará mi pasado no armonioso y cualesquiera episodios que parezcan ser fantasmas desaparecerán para siempre revelando mi glorioso y enteramente feliz presente que se prolonga de un modo continuo e inalterable, puesto que está sustentado por la Ciencia Cristiana, "la ley de Dios, la ley del bien, que interpreta y demuestra el Principio divino y la regla de la armonía universal." (Rudimentos de la Ciencia Divina, pág. 1:1).
Mi discernimiento espiritual claro y continuo está garantizado por esta oración científica y constituye "…el camino mediante Cristo, la Verdad,”… y “con la llave de la Ciencia divina…" me abrirá y mantendrá activa la percepción de que soy "erguido, puro y libre" (Véase Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, pág. 171) a imagen y semejanza de Dios. Estoy consciente de que existo como la idea completa y soy la evidencia constante del Principio divino. La Mente divina, de la cual soy la consciente emanación, mantiene todo lo que me dice respecto de su inequívoca jurisdicción, hoy y para siempre. Cada pensamiento, cada acción, mi ser entero, es la expresión activa, tierna e inteligente del Dios vivo. Estoy consciente de que soy inseparable de la Causa y de su acción perfecta e inamovible. Yo soy UNO con DIOS. YO sé, que YO sé, que YO lo sé.
More
Less
Experience
Years of experience: 2. Registered at ProZ.com: Mar 2012.